lunes, 12 de mayo de 2008

Premio Nobel de la hospitalidad (I)

Lo primero de todo, me gustaría anunciar una nueva categoría de premio Nobel, el de la hospitalidad. Éste ha recaído sobre Aida Abad Álvarez, por su dedicación con su invitado.
Muchas, muchas gracias. Me lo he pasado genial. Como te conté, mi propuesta para ir a vivir allí continua :-P.


Pase por aquí a recoger su premio, gracias.


Bueno, después del anuncio, os paso a relatar mi viaje. Todo comenzó el viernes por la mañana. Hice la maleta por la mañana, antes de ir al trabajo, etc. Luego allí, con las prisas no me dí cuenta de que había metido en el neceser (lo había dejado, ya estaba ahí) el cortauñas y una navaja. Con lo cuál los tuve que dejar en el trabajo.
Mi vuelo salía a las 18.40, con lo que tenía tiempo suficiente para llegar allí directamente desde el trabajo, saliendo a la hora normal. Salimos a las 18.50, pero eso no fue impedimento para llegar a la hora prevista (19.50) al aeropuerto de Arlanda. Una vez allí, tuve que coger un tren (Arlanda express) que en 20 minutos te deja en la estación central de Estocolmo. Muy acogedor y muy rápido. Allí me estaba esperando Aida. Un saludo muy afectuoso (no nos veíamos desde hace casi un año) y nos fuimos a su casa en metro (allí la tarjeta de metro es diferente a la de Copenhague, ya que se puede coger un ticket por X días. Aquí sólo es por viajes o mensual), del que por cierto, me encantó el sonido para anunciar las llegadas del tren. Antes de cogerlo ví la Kulturhuset (sitio muy céntrico) y después al metro (T Bahna, creo).
Llegamos a su casa sobre las 21.15. El sitio era un pequeño barrio de apartamentos de estudiantes (de hecho la parada en que bajamos se llama Universitetet), por lo que había mucha vidilla. El lugar se llama Lappis. Fuimos al super que estaba allí (lo cual me permitió ver a la gente en las mesas cenando, bebiendo, etc) al lado. Cenamos un plato típico de allí, cuyo nombre no me acuerdo. Estaba hecho de patata y carne, cortados en cuadraditos muy pequeñitos y estuvimos hablando un rato con los compañeros suyos de corridor que estaban en la sala de estar. Os voy a explicar un poco esto.
Las viviendas están divididas en pasillos y en cada pasillo (pero que no equivale a la planta entera) hay una serie de habitaciones para los estudiantes. Luego, hay una cocina y una sala de estar para las personas que pertenecen a este corridor. Bueno, creo que me habeis entendido.
Y después a la cama. Tuvimos que poner unas telas para evitar que el sol entrara, sobre todo por mi, que soy más sensible que una margarita (más abajo os contaré a qué hora amanece).
Al día siguiente, Aida tuvo un examen de sueco (nivel 2) por lo que no pudo acompañarme al principio de la mañana. Así que me dejó un mapa y me puso los puntos que podía ir a ver. Dicho y hecho.
Cogí el metro y me planté en T Centralen. Desde allí fui hasta Gamla Stan, aunque antes por el camino pasé por el teatro de la Ópera y el Parlamento.


Columna en TCentralen. A la derecha está Kulturhuset.


Ópera. Junto a ella, hombre a caballo.

El parlamento tenía una fachada lateral muy bonita, y la entrada por el puente también es muy majestuosa (aunque no se puede comparar con el danés, :-P).

Fachada del parlamento



Arco del parlamento









Después del parlamento, fui a Gamla Stan, donde se encuentra la parte vieja y con los edificios más típicos de Estocolmo (entre ellos está el Palacio real y la academia sueca). Me dijo Aida que a las 12.00 era el cambio de guardia, así que para hacer tiempo me fuí hasta el ayuntamiento que también es típico.


Yo y el Kungliga Slottet de fondo.

Era un edificio hecho de ladrillo, junto al mar, con unos bonitos jardines. Fui construido a principios de siglo XX. Y perdona que os tenga que decir que es una copia del ayuntamiento de Copenhague con menos decoración. Aún así, muy bonito y el lugar, ideal.


Desde el interior del edificio consisorial.

El ajuntamiento, digo ayuntamiento.


Una vez visto el ayuntamiento, me dió tiempo a comerme un helado y coger sitio en el cambio de guardia. Sin lugar a dudas, el cambio de guardia es mucho más majestuoso que el que se realiza en Londres. Al principio entran los mozos y se ponen alrededor de la plaza. Y después entran, los soldados-orquesta a lomos de sus corceles seguidos de la guardia también a lomos de jacos.
Bueno, después hacen toda la pompa que dura media hora, etc, etc. Me dijo Aida que nunca había visto el cambio de guardia con caballos y tampoco ninguna de sus anteriores visitas, por lo que soy un tipo afortunado (y no va a ser por lo único). Aquí os dejo un vídeo de cuarto de hora, a los amantes de los caballos y las marchas militares les gustará:





Después de ver la parade, fui a ver la academia sueca (que está al lado mismo) y después fuí a un mirador que estaba pasando Gamla Stan y que podía contemplar todo Estocolmo.


La academia sueca.

Después fuí a un parque a descansar de todo mi recorrido (y sudada), tomar una cerveza fresca y llamar a Aida para quedar. Una vez quedamos...., os lo contaré mañana, que es muy tarde y esto muy largo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

He de decir que te pareces un monton a suarseneguer en tu foto con las gafas de sol. Mola tu viaje, aunk lo este leyendo tarde ;)